El pasado sábado 3 de junio se reunían para compartir la alegría y la amistad, así corno para recordar experiencias vividas en plena adolescencia, un grupo de estudiantes de Bachillerato que coincidieron a finales de la década de 1950 en la academia de don Cristóbal Andreu, en la plaza de El Ramblar.
Muchos de ellos habían iniciado su formación en el colegio Santiago, una academia privada que, impulsada por el presbítero don Andrés Caruana, se ubicó en las dependencias del convento de los padres Capuchinos. Tras esa primera experiencia, algunos de los alumnos pasaron al recién inaugurado instituto laboral "Juan de la Cierva" y otros continuaron su formación a la sombra de don Cristóbal.
Aquellos años, plenos de esperanzas, ilusiones y retos fueron cobrando vida, forjando realidades a lo largo de la tarea laboral que cada uno de ellos ha desempeñado. Ahora, 58 años después, han tenido la posibilidad de gozar de las emociones que les unieron en aquel tiempo. Aunque este es el tercer año que llevan a cabo la experiencia, ha sido el más fecundo en cuanto a participación, pues pudieron asistir personas que llevan residiendo fuera de Totana y de la Región varias décadas, algunas de ellas procedentes de Madrid y Sevilla.
Experiencias de esta naturaleza entusiasman profundamente el corazón, ayudan a saborear las grandezas de la vida, pero también ofrecen un cauce de posibilidades para dar gracias por el principal valor de la amistad. Un día intensamente compartido por 24 amigos que han conservado, a pesar del tiempo y la distancia, la valía de una amistad forjada en una vital etapa de la vida y que se ha avivado de un modo importante con motivo de esta iniciativa. Recuerdos y emociones que cada uno de los presentes se lleva impresos en su corazón.