Técnicos de Patrimonio Histórico de la Comunidad Autónoma evalúan el estado de la muralla del yacimiento arqueológico de La Bastida

Para acometer actuaciones de emergencia que eviten su degradación

Técnicos de la sección de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Turismo, Cultura y Medio Ambiente han visitado recientemente la muralla del Barranco Salado, existente en el complejo del yacimiento arqueológico de La Bastida, con el fin de evaluar el estado actual de esta infraestructura y acometer actuaciones de urgencia que eviten su degradación progresiva por las inclemencias meteorológicas.

Éstos han estado acompañados por el alcalde de Totana, Andrés García Cánovas, y técnicos encargados del equipo de investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) responsables del proyecto de excavación, musealización y divulgación del mismo.

Esta investigación combina excavaciones arqueológicas extensivas y análisis especializados sobre hallazgos pasados y futuros de La Bastida.

La pretensión de los investigadores y las instituciones implicadas en el proyecto es desarrollar cuanto antes, a corto plazo, intervenciones de emergencia, y después redactar un proyecto que solvente los problemas de cimentación existentes y la amenaza de derrumbe de la muralla por el efecto de las escorrentías a consecuencia de las lluvias torrenciales.

Inicialmente, se ha acordado realizar una valoración técnica para concretar las medidas de mayor urgencia encaminadas a la seguridad, contención y protección del bien de la muralla, así como cuantificar una estimación de su alcance económico.

Los técnicos han comprobado las deficiencias de los morteros de la muralla que son susceptibles de reparación por el desprendimiento inmediato; y se ha valorado colocar una capa de sacrificio previa reposición de elementos caídos, consolidación estructural y ejecución de obras de drenaje de ésta posterior.

Muralla única en Europa

La fortificación de la Edad de Bronce, al parecer, única en Europa continental, fue descubierta en el yacimiento arqueológico de La Bastida, en Totana (Murcia), en el año 2012, en unas excavaciones dirigidas por Vicente Lull, catedrático de Prehistoria de la UAB.

Construida hace unos 4.200 años, la fortificación tiene muros de tres metros de ancho, torres cuadradas macizas de hasta siete metros de altura original, una entrada monumental y una poterna de arco apuntado, un elemento arquitectónico conservado completo y único en Europa.

El hallazgo reafirma, junto con el resto de descubrimientos realizados en los últimos años, que la ciudad fue el asentamiento más desarrollado de Europa, en términos políticos y militares, de la Edad del Bronce, sólo comparable con la civilización minoica de Creta.

La muralla podría proteger una ciudad de 4 hectáreas situada sobre un cerro, y cuenta con elementos arquitectónicos que plantean la intervención de personas con conocimientos militares procedente de Oriente, similares a las antiguas civilizaciones del Mediterráneo, como la segunda ciudad de Troya.

La fortificación estaba construida con grandes piedras asentadas con argamasa y reforzada por torres macizas piramidales distribuidas a escasa distancia entre ellas, y de unos 4 metros de lado.

La altura original del complejo defensivo sería, según los expertos, de entre 6 y 7 metros, y de momento se han descubierto seis torres en un tramo de 70 metros, aunque el perímetro de la fortificación era de unos 300 metros.

La entrada al recinto se realizaba a través de un pasillo flanqueado por potentes muros, que al parecer se cerraba con grandes puertas encajadas entre gruesos palos de madera.

Además, el hallazgo replantea lo que se conoce sobre el origen de las desigualdades económicas y políticas en Europa, la formación del estamento militar y el papel de la violencia en la formación de tradiciones y de la identidad.

Uno de los elementos arquitectónicos más relevantes que se descubrió en su día fue un arco apuntado que remata una poterna, una puerta secundaria cercana a la entrada, que está entero y que es inédito en la prehistoria europea.

La fortificación, según los investigadores, estaba pensada para el combate, y supone una innovación en el arte de atacar y defender por parte de personas con experiencia en luchas desconocidas hasta aquel momento en Occidente.

Las excavaciones realizadas y el resultado de varias dataciones de carbono 14 indican que La Bastida fue probablemente la ciudad más poderosa de Europa continental durante la Edad del Bronce y una plaza fortificada desde sus comienzos, hacia el 2.200 antes de nuestra era, con un sistema defensivo insólito en el Europa de su tiempo.

La fortificación no es el único hallazgo, ya que entre el 2008 y el 2011 salieron a la luz numerosas viviendas de más de 70 metros cuadrados repartidas por las 4 hectáreas de la ciudad, y otras construcciones más pequeñas separadas mediante accesos, corredores y plazas.

También hay restos, en dicho complejo, de una gran balsa con un dique de 20 metros de longitud capaz de almacenar casi 400.000 litros de agua, lo que revela las necesidades de la población, incomparables por entonces.

Los descubrimientos de la Bastida revelan una ruptura militar, política y social, y la instauración de un poder violento y clasista que perduró durante 7 siglos y que condicionó el desarrollo de las comunidades del resto de la Península.

Para los expertos, este descubrimiento replantearía lo que se sabe sobre el origen de las desigualdades económicas y políticas en Europa, la formación del estamento militar y el papel de la violencia en la formación de tradiciones de identidad.

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