La Concejalía de Tráfico va a incrementar, a través una campaña que va a poner en marcha la Policía Local, el control y vigilancia sobre los vehículos que excedan los límites de ruido permitidos realizando inspecciones de forma alternativa con el fin de reducir los niveles de contaminación acústica.
Aunque la campaña para denunciar el exceso de ruido en el tráfico rodado va dirigida a todos los vehículos, los agentes centrarán los controles sobre todo en las motocicletas y ciclomotores con el tubo de escape libre o trucado.
Todo vehículo de tracción mecánica deberá tener en buenas condiciones de funcionamiento el motor, la transmisión, carrocería y demás órganos del mismo, capaces de producir ruidos y vibraciones, y especialmente al dispositivo silenciador de los gases de escape, con el fin de que el nivel sonoro emitido por el vehículo al circular con el motor en marcha, no exceda de los límites que establece la Ordenanza Municipal para la Protección del Medio Ambiente contra la Emisión de Ruidos y Vibraciones
En la ordenanza mencionada se prohíbe forzar las marchas de los vehículos a motor produciendo ruidos molestos como aceleraciones innecesarias, forzar el motor en pendientes, la circulación de vehículos a motor con el llamado "escape libre", o con silenciadores no eficaces, incompletos, inadecuados o deteriorados, o con tubos resonadores.
Queda prohibido el uso de bocinas, o cualquiera otra señal acústica, que sólo será justificable en casos excepcionales de peligro inmediato de accidente que no pueda evitarse por otros sistemas, o bien cuando se trate de servicios públicos de urgencias (Policía, Contra Incendios, Protección Civil y Asistencia Sanitaria) o de servicios privados para el auxilio urgente de personal.
También queda prohibido hacer funcionar los equipos de música de los vehículos a un volumen elevado, con las ventanas abiertas, que pueda causar molestias a la población y producir ruidos innecesarios debido a un mal uso o conducción violenta del vehículo, aunque estén dentro de los límites máximos admisibles.
Todos los conductores de ciclomotores y demás vehículos a motor están obligados a someterlos a las pruebas de control de ruidos para las que sean requeridos por los agentes de la Policía Local. En caso de negativa, se procederá a formular la denuncia correspondiente.
Los límites máximos admisibles para los ruidos emitidos por las motocicletas y ciclomotores con el motor en marcha estarán entre 77 y 82 dB (A), dependiendo de la cilindrada.
Los agentes de la Policía Local, en los controles preventivos a realizar, detendrán a todo vehículo que según una primera apreciación, sobrepase de forma manifiesta los límites de emisión permitidos, pudiendo proceder de forma inmediata a la comprobación del nivel sonoro emitido.
Si el nivel sobrepasa los límites establecidos, se podrá inmovilizar el mismo, con traslado al taller que designe en el acto el interesado, donde permanecerá hasta que sean subsanadas las carencias que motivaron la inspección, además de serle retenida la documentación del vehículo inmovilizado.
En tal caso, tras la reparación se procederá a realizar una nueva verificación de los niveles de emisión sonora para lo que el titular tendrá la obligación de presentar el vehículo en el lugar y la hora determinados, siendo este plazo nunca superior a diez días.
Todo ello con independencia de la instrucción del correspondiente expediente sancionador y del pago de la tasa por el servicio de grúa correspondiente, según la Ordenanza Fiscal de aplicación.
En cualquier caso se considerará válida la medida practicada por una estación de la red de Inspección Técnica de Vehículos (ITV).
Si una vez presentado, inspeccionado y medidos los niveles de emisión sonora del vehículo, éstos no superasen los límites establecidos en la presente Ordenanza, se procederá al archivo de la denuncia y el titular será autorizado a circular con el vehículo, entregándosele simultáneamente la documentación retenida.
La cuantía de las sanciones de los posibles expedientes sancionadores que se abran por las infracciones que se puedan cometer, oscilarán entre los 200 euros y los 6.000 euros dependiendo de la gravedad de la infracción, de los perjuicios provocados a terceros, así como su reiteración por parte de las personas responsables.
Según informa el concejal de Tráfico, Agustín Gonzalo Martínez, el objetivo de la campaña es concienciar a los titulares de estos vehículos de la necesidad de mantener los niveles de emisión de ruido, dentro de los límites establecidos en la normativa, evitando así producir efectos nocivos sobre las personas que lo soportan.
Finalmente, la recomendación que se lanza es que si su motocicleta o ciclomotor tienen un alto nivel de ruido actualmente deberá pasar una revisión para la adaptación y mejora de los decibelios emitidos, con el fin en primer lugar de evitar la sanción y en segundo lugar y no menos importante, evitar la contaminación acústica a la que la ciudadanía se ve sometida por este tipo de exceso de ruido.