Parece que conforme se aproximan las elecciones municipales, se va acabando el “buenismo” de algunos de nuestros representantes, fundamentalmente de los más veteranos, en los que salvo en contadas ocasiones, no se pueden reprimir y contestan con exabruptos; su objetivo primordial es quedar siempre como víctimas en vez de verdugos, que es lo que en realidad son.
Nos referimos a nuestros representantes municipales de TODOS Y TODAS los signos políticos; por si quedase alguna duda, esos representantes, que no nos representan, pues no defienden los intereses de los ciudadanos, salvo que coincidan con los del aparato del partido.
Esos representantes que “cuasi” exigen la felicitación de los ciudadanos por hacer su trabajo, sin entender que son nuestros empleados, que pagamos sus excelentes salarios, y les debemos exigir una dedicación y eficiencia adecuada.
Esos representantes, que mienten sin pudor, manejando la famosa frase atribuida a Göebbels, “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”, con la que con el «Reich» en llamas y la «Wehrmacht» retrocediendo en todos los frentes, aún lograba que amplios sectores del pueblo alemán pensara que la victoria era posible. Si, nuestros representantes mienten una y otra vez, cada uno según el dictado de sus organizaciones, y con la pretensión buscada de obtener réditos ante el opositor.
Nuestros representantes, son encantadores de serpientes que abducen con engaños y mentiras, a bien intencionadas personas que creen que los representan, personas a las que les piden poco menos que el agradecimiento por sus gestiones, olvidando que ese es su trabajo, pero que a diferencia de otros trabajadores, aun haciéndolo manifiestamente mal, siguen diciéndonos que los equivocados somos nosotros, sus patrones, y que les debemos poco menos que pleitesía.
Lobos con piel de cordero, a los que al igual que en el caso del cánido, su supervivencia depende de que puedan hacer carne, y en esto son inflexibles ante la menor muestra de debilidad del opositor político, descalificar, humillar, amenazar hasta doblegarlo a sus intereses o que desista de sus intenciones.
Muchos de ellos condenados en juicios desconocidos para la mayoría de nuestros vecinos, sentencias en las que nos desengañamos sobre su inmaculada gestión, unos apoyando económicamente al aparato del partido en Murcia, otros buscando beneficios económicos personales, o con la toma de rehenes morales por los favores concedidos.
Ahora pretenden algunos que creamos que vienen a colaborar, a pacificar, a dialogar, se les ve el plumero, no nos engañan, e intentaremos que tampoco engañen más a nuestros vecinos, y aunque seamos los últimos en entrar, les recordaremos el bonito tema “Insurrección” de El último de la fila, en el que se puede escuchar “¿Dónde estabas entonces, cuando tanto te necesité?”, para más inri, el álbum de ese tema era Enemigos de lo ajeno. Paradojas de la vida.
Y cuál es el modelo por el que propugna la Plataforma Ahora Totana, es bien sencillo, un modelo donde se esté al servicio del ciudadano, donde nuestros parlamentarios Autonómicos o Nacionales, tengan en nuestra localidad horarios de atención y lleven las propuestas de los vecinos al parlamento, y no sólo aparezcan, cual Guadiana, en los momentos en los que se aproxima la “renovación” de su cargo, durante inauguraciones, o para presidir procesiones.
El modelo de la Plataforma es un modelo de transparencia real, un modelo formado por personas con la vida resuelta, y no políticos profesionales, con interés en trepar o perpetuarse en el cargo.
En definitiva un modelo de SERVICIO AL CIUDADANO.
