Desde hace semanas, paso antes de las 7 por la calle General Aznar y me encuentro con una curiosa imagen. Un Perro sentado en la acera, mirando la puerta del edificio como esperando que salga alguien que no aparece.
Es un misterio pero alguna explicación debe existir en su actitud incansable, como esperando la llegada de alguien sin importarle el frío, la gente que pasa camino de su trabajo u otra circunstancia.
A veces, intento acariciarlo y se alegra un poco temeroso para después volver a su puesto de espera.
Estas actitudes me hacen recordar aquella frase de “Cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro...”
Buenos días en el inicio de la Navidad. Extraña Navidad, con situaciones complicadas y duras, que nos permitirá reflexionar sobre el mensaje profundo que nos transmiten estos días. El perro nos lo recuerda con su gesto de cariño y lealtad.
Juan Jose Cánovas. Alcalde de Totana.